Esta semana me estoy celebrando entera.
He llevado el cuerpo a tierra y he conseguido el impulso necesario para celebrar mis 50 años. Me da tanto vértigo como ilusión y ganas.
He cumplido 50 años y todavía tengo sitio para almacenar más recuerdos e imaginar nuevas experiencias, a pesar de todos estos años sigue intacto el deseo de saborear lo nuevo, de aprender, de sorprenderme.
Tengo muchas ganas de conocerme, de pasar tiempo conmigo y con otras.
En este año lleno de incertidumbres vivo fuerte una certeza: merezco lo mejor.
Me cuesta escribir la frase: merezco lo mejor.
Merezco lo mejor.
Una vocecilla por dentro resuena “ñiiiii tampoco te pases” o “claro, claro lo dices con la boca pequeña” pero esta vez no la callo y la escucho con paciencia. Me acuno en la queja: “ssshhhh estoy aquí, tranquila, estoy aquí”
Me reconforta escucharme. Escucharme de verdad, sin juicios.
Estoy a mi lado en todo momento y entregarme por completo. Estar conmigo en las buenas, en las malas y en las regulares. Cumplir mis promesas. Quiero dejar de buscar fuera y encontrarme dentro dándome lo que necesite a cada momento: acompañarme, mecerme en mis brazos, darme cobijo, pasarme la mano por el pelo, acariciarme y susurrarme al oído que todo irá bien.
Quiero sentirme cerca y reconocerme mujer completa, caminar en la dirección que YO elija porque soy YO la que marca mi rumbo que no es otro que respetarme, serme fiel, cuidarme y estar conmigo todos los días de mi vida.
Me abro sin miedo a todo lo bueno para disfrutar de todos los caprichos, vivir con placer, mejor dicho vivir desde el placer cada segundo de mi vida.
CONFIAR en mí y en la vida.
Respiro. Confio. Respiro. Confio. Respiro. Confio. Respiro. Confio. Respiro. Confio…
Una de las promesas que me he hecho a mi misma para celebrar mi 50 años es atender mi deseo de dedicar tiempo a compartir con otras mujeres todo lo que he aprendido estos años. Me gustaría infinito acompañarte en tu proceso de conocerte, quererte y permanecer a tu lado. Si tú también quieres celebrarte a lo grande escríbeme un mail a may@simequiero.com y hablamos de cómo podemos hacerlo. Estoy aquí y te voy a escuchar como me escucho a mí misma: sin miedo, con tiempo, sin juicios y con mucho amor para recorrer el camino que tú decidas.